Hoy ha sido un día muy completo. Después del cumple de Diego, hemos ido al salón de actos para ver la representación de los niños de primero de bachiller. A nuestros peques les ha encantado, a juzgar por sus sonrisas y sus silencios, pero a mí todavía más. Da la casualidad que fui la seño de los actores allá por el año 2000. Pasé tres maravillosos años con ellos y hoy era yo la que tenía el complejo de Peter Pan. Recordaba sus caritas de pequeños e infinidad de flashes, instantáneas y momentos se sucedían en mi mente. Simultáneamente, miraba a los asientos y trataba de imaginarme cómo serán nuestros niños en unos años porque antes de lo que pensáis serán ellos los que estén subidos en el escenario en su última actuación para el colegio. He entendido mejor que nunca lo que sentía ese hombrecillo vestido de verde al no querer crecer, pero nuestra vida no puede detenerse como en los cuentos y, como inevitablemente el tiempo volará, no puedo dejar de recomendaros que los disfrutéis, los disfrutéis y los disfrutéis y saquéis el máximo jugo a cada momento con ellos.
