¡Qué feliz estaba! Varios días lleva diciéndome con entusiasmo que la tarta de su santo tenía un osito verde. Es su color preferido y estaba deseando que llegara el día de traerla a clase. Hoy ha sido un día muy especial para ella. Ha querido también regalar unos relojes a sus compañeros y como los ha traído con mucha ilusión, los he utilizado como refuerzo positivo. Sólo podrían llevárselos a casa los niños que se portaran bien durante toda la mañana. Los demás los tienen guardados. Hemos razonado y argumentado las normas como venimos haciendo cada día al final de la jornada. Trabajamos la inteligencia intrapersonal reflexionando sobre los contenidos aprendidos y, especialmente, sobre el comportamiento individual a lo largo de la mañana. Damos siempre mensajes positivos a modo de: "yo confío en ti y seguro que lo conseguirás", "hoy has mejorado mucho" o "casi lo consigues, pero te has despistado en...." Pero ahora volvamos a Candela para que veáis todos lo contenta que estaba.