martes, 10 de marzo de 2015

UN DÍA CUALQUIERA

Cuántas cosas distintas pueden ocurrir a lo largo de una mañana en una clase de infantil: rutinas de entrada y de salida, asamblea, desayuno, patio, juegos, trabajo individual, trabajo en equipo, audiciones, análisis de conductas, reflexión de comportamientos y, entre todo eso y más, sacamos tiempo para nuestro Superlibro,  cuidar mascota y celebrar cumpleaños.

Un Superlibro que alegra siempre a sus protagonistas. Saleta, por ejemplo, no quiso esperar un día más para que el Superlibro se lo llevara a casa su mamá, sino que,  sin importarle el peso, ella misma lo llevó. Le gusta tanto, que en casa no sólo ha ensayado  la exposición de su página, sino que también ha explicado a sus papis la de todos los demás. Por eso ha sabido  narrarnos a la perfección lo mucho que ha cambiado su vida en los ocho meses que tiene su hermanita Bega. Ha empezado hablando de cuándo la conoció en el hospital y ha continuado contándonos muchos momentos felices que ha compartido con ella en su casa, en Salobreña, en casa de la abuela, en la cama,... 
Sale, preciosa, os queda mucho por vivir y compartir juntas, pero aquí le dejo a Bega el recuerdo de la ilusión con la que, como hermana mayor, has hablado a  toda la clase de ella. Algún día ella también te aplaudirá.


Nuestra mascota Aleta, gracias a la generosidad de su dueña, ha llegado al aula para quedarse y para regocijo de todos los que pasamos  la mañana en ella. Regina ha querido compartirla con nosotros y ayer se presentó en clase con ella, su pecera y su comida. Ha pedido permiso, claro está,  para que se convierta en una más de nuestras compañeras de clase. Su deseo le ha sido concedido porque la seño considera que tener una mascota puede reportar beneficios a los niños,o como la responsabilidad de cuidarla y una mayor mayor unión del  grupo al colaborar en mantenerla. Intentaremos que nos dure,... Gracias princesa.



Cumpleaños que involucran a familias enteras. Será que Pablo lo vale, y que cumplir un lustro es todo un motivo de fiesta. No han importado las horas de cocina, ni el paseo por Granada cargando tres tartas, ni el calor con el que han llegado a clase. María Dolores y Salvador estaban dispuestos a hacer del quinto cumpleaños de su nieto un día muy especial y por supuesto que lo han conseguido, para alegría del cumpleañero y delicia de todos, que nos hemos relamido con las tartas de la abuela. Que el año que viene estemos todos igual de estupendos porque ¡Vamos a por el sexto!  Disfrutad mucho Pablo y familia los 364 días que quedan.