martes, 14 de marzo de 2017

EL MILAGRO DE LA VIDA

La semana pasada la pequeña Clara fue protagonista en nuestra clase de principio a fin. El lunes, cuando Gadea vino a buscar a su hijo, pedí a los niños que la miraran de forma especial porque muy pronto la hermanita de Miguel saldría de la barriguita de su mamá. Y así fue. Esa misma noche se fue al hospital para dar a luz.  A la mañana siguiente todos celebramos con Miguel el nacimiento de su hermanita y el viernes, con sólo tres días de vida, le dimos la bienvenida al que será su cole.
El grupo de personas que nos quedamos hasta el final contemplamos fascinados la pequeñez y perfección de una nueva vida, admiramos la pronta recuperación de Gadea, comentamos lo rápido que cambian los niños y nos sorprendimos con lo mucho que había crecido Juanjo, también presente, en sólo cinco meses. En nuestra clase se respiraba vida y alegría. Se percibía la empatía y la unión del grupo. Yo me atrevo a asegurar que todas las madres allí presentes, dio la casualidad que no había padres, evocamos nuestra propia maternidad. Algunas hemos parido en una única ocasión, otras mamás de la clase lo han hecho por duplicado, triplicado, cuadriplicado y hasta octuplicado, pero independientemente del número y del género todas somos conscientes del cambio de vida tan radical que implica la maternidad. La aventura de ser padres exige sacrificio, generosidad, renuncias y una gran dosis de paciencia y responsabilidad. Proporciona a cambio tantas satisfacciones, alegrías, emociones y sensaciones gratificantes, que sería absurdo no disfrutarlas y dar gracias por el privilegio de haber creado una nueva vida y tener el honor de moldearla implicándonos de forma constante y coherente. 
Si bien la paternidad es un "cargo" vitalicio, la implicación que requiere va disminuyendo con los años. Que el cansancio y la vorágine del día a día, no nos impida disfrutar de esta primera etapa, tan fundamental como irreversible, en el crecimiento de nuestros hijos. Manifestémosles siempre  todo el amor que les tenemos.


Y el destino ha querido que, justo un año más tarde, la pequeña Clara haya acompañado a Miguel a clase. El milagro de la vida continúa, pasen y vean cuánto hemos crecido todos.


CONTINUARÁ,...