El ganador del Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2011, el neuropsicólogo Howard Gardner sostiene que cada persona posee al menos ocho tipos de inteligencias u ocho habilidades innatas, que no se mantienen estables a lo largo de la vida, sino que son un potencial a completar a lo largo de la misma.
Una de estas inteligencias es la espacial, que favorece la habilidad para pensar en tres dimensiones y que desarrolla la capacidad que nos permite percibir imágenes y transformarlas o modificarlas para decodificar información gráfica. Pintores, escultores, cartógrafos, pilotos, arquitectos, ingenieros, diseñadores, decoradores, taxistas, marinos, futbolistas, tenistas, bailarines y taxistas, entre otros, tienen especialmente desarrollada esta inteligencia.
Conscientes de que muchos de nuestros chiquitines llegarán a desempeñar estas profesiones, favorecemos su visión y orientación espacial desde que se incorporan a nuestro colegio. Con dos y tres años es posible manipular, realizar puzzles, dominós, laberintos, moldear plastilina, usar bloques lógicos, copiar estructuras, trabajar conceptos básicos y presentar diferentes representaciones gráficas. Esta semana, por ejemplo, les hemos presentado la obra de Joan Miró, con bits de inteligencia, claro, pero también en pizarra digital y en un díptico. Hemos trabajado colores, tamaños y formas. Lo hemos comparado y contrastado con la obra de Salvador Dali y hemos expresado preferencias.
Les hemos dejado observar, sí, pero también imitar con pinturas y con pegatinas. Hemos querido resumir, en el mosaico con el que encabezamos esta entrada, esta enriquecedora experiencia. Ha sido para nosotros todo un placer contemplar los ojos abiertos de nuestros alumnos y sus caritas de emoción.
Y seguiremos haciéndolo, con diferentes recursos y actividades, porque no sólo Gadner habla de la relevancia de esta inteligencia. Ya Platón se refería a ella como "el magno don", la habilidad de pensar y percibir a través de imágenes físicas o representadas. El pensamiento visual es el guión, el referente interno, que hace posible la descripción del entorno y de los objetos de la mente (ideas).
Piaget, por otra parte, sostenía que es la tendencia del niño a explorar permanentemente el mundo que le rodea lo que le lleva a construir su propia visión del mundo, su propio pensamiento.
entorno y su propio cuerpo. La curiosidad y el juego le permiteninteractuar y conocer activamente el mundo que le circunda. Lo conocemediante la acción perceptiva y motora, más tarde lo representementalmente y finalmente lo conceptualiza y opera sobre él a partir deprocesos de abstracción. Por ello sostenemos que Piaget concibe alhombre como un ser activo en el proceso de construcción delconocimiento y no un mero receptor pasivo que copia y almacenaentorno y su propio cuerpo. La curiosidad y el juego le permiteninteractuar y conocer activamente el mundo que le circunda. Lo conoce¿Cómo no potenciar entonces en nuestros niños "el magno don", cómo no presentarles y dejarles explorar el mundo que les rodea, cómo no ayudarles a construir su propio pensamiento si #Somospresentación ?