domingo, 8 de febrero de 2015

AMORES

Amores de dueños a sus perros, de niños a mascotas, de abuelos a nietos. Amores todos ellos de diferente intensidad y característcas, pero que ayudan a volcar nuestros afectos.

Amores de dueños a sus perros, entre los que destacan todos los que nos enumeró nuestra Regina. Fueron tantos que todavía ahora me sorprende que fuera capaz de recordarlos. Yo no soy capaz de repetirlos y, menos aún, vincularlos a su lugar de nacimiento, como hizo ella. Sin embargo, lo que sí recuerdo nítidamente es cómo la niña afirma que va a ser veterinaria, vocación que refleja lo mucho que a su papi y a su mami les gustan los perros y que nos vino de perlas para introducir el tema de cómo cuidar a nuestras mascotas.


Amores a nuestras mascotas, que necesitan tanto de nuestro afecto como de nuestros cuidados para vivir a nuestro lado. Llegamos a la conclusión de que tienen las mismas necesidades que las personas: comida, bebida, higiene, ejercicio y descanso. Lo mejor de todo es que pudimos comprobarlos con el conejito Tuqui-tuqui, que Víctor y Paula compartieron con nosotros. Vimos su pienso, su bededero de agua, su camita y lo limpísima que estaba su casita. Lo sacamos de su jaula y comprobamos que nuestro conejito se ajustaba a la perfección a la descripción que Juan Ramón Jiménez (con la "J", trabajada esta semana) daba del burrito Platero: "Platero/Tuqui es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro"



Amores de abuelos que adoran a sus nietos y que pasan la semana ilusionados  porque tienen la oportunidad de visitarnos. Nietos que normalmente interiorizan sentimientos, pero que ante semejante acontecimiento son capaces de decirle a todo el que se cruce en su camino que es su santo. No hubo ni un sólo padre, madre o profe que entrara en la clase y que se fuera sin que Ricardo le dijera con verdadero entusiasmo que era su santo.


Amores de esta seño por sus niños, que le hacen darse cuenta, día a día, de cuánto debe esforzarse porque es muchísimo lo que puede aportar a sus alumnos con su trabajo.