Howard Gardner define la inteligencia naturalista como la facilidad de comunicación con la naturaleza, el entendimiento con el entorno natural y la capacidad de observarlo.
En el cole tenemos asumido que debemos ser capaces de despertar en nuestros alumnos una conciencia ambiental global. En Infantil, sin ni siquiera mencionar la necesidad de preservar los recursos naturales para el futuro, tratamos de sensibilizar a los niños para que conozcan, respeten, valoren y disfruten de la naturaleza. En realidad lo tenemos fácil. Somos privilegiados tanto por las posibilidades que nos ofrece el jardín del colegio, como porque para nuestros peques la curiosidad es un factor común, lo que les permite observar, manipular y experimentar con todo lo que ponemos a su alcance. Sensibilizar en esta etapa es un deleite ¿a qué niño no le gustan las mascotas, la tierra, el agua, las plantas, el cielo, las etrellas, el mar, el sol o la luna? Todo depende, claro está, del modo de presentárselo. En nosotros recae, una vez más, la responsabilidad de despertar en ellos el amor por todo lo que nos rodea. En clase, por ejemplo, trabajaremos esta semana de forma especial los cambios meteorológicos del otoño, aprovechando los cambios drásticos de temperatura que apuntan las previsiones meteorológicas. Observar, sentir, reflexionar, será nuestra tarea. Seguro que volveremos a gozar con ella.
