En el Cazapalabras, semana tras semana se esmeran todos y cada uno de ellos para que los niños discriminen la letra programada y su trabajo lo reutilizamos en clase a modo de bits para presentar la letra a los compañeros, separar por sílabas las palabras presentadas o aprender vocabulario. En esta ocasión era el turno de la "D". Ricardito, el protagonista, nos ha traído una obra de arte, al igual que hiciera Valeria con la "ch". Pero los demás no se han quedado cortos: han pasado por la clase desde el recorte de un logotipo de Danone al Dingo australiano. ¡Cuánta variedad, cuánta riqueza, cuánto aprendizaje!
Pero eso no es todo. También trabajamos al unísono con las familias la expresión verbal. Por eso Carlitos, en esta ocasión, ha podido lucirse como lo ha hecho. Si algo lo caracteriza es su verbo fácil. Pero para exponer con la seguridad y precisión que lo ha hecho, ha necesitado algo más que sus capacidades lingüísticas, ha necesitado el respaldo de sus padres. Ellos han colaborado no sólo con el diseño de su página, sino con reiterado ensayo. Hasta micro en casa le han prestado. Él ha empezado diciendo el título de su página, así como los dos capítulos en los que han dividido su "Cambio de estación". Después ha ido narrando sin vacilaciones y, siguiendo el orden establecido, lo que hacía y dónde transcurría la acción en cada una de sus 15 fotos. Hasta un guiño a la seño le ha hecho con la foto de Messi en el Camp Nou ¡Cuánta complicidad, cuánta seguridad y cuánta intensidad en su mirada! ¡Enhorabuena papis! ¡Enhorabuena Carlos! Has estado fantástico.