Subo esta entrada justo el día
en que mis alumnos de tres añitos reciben sus primeras notas escolares porque quiero
dejar constancia de las dificultades que existen para evaluar en esta etapa educativa.
La propia edad de los alumnos y la complejidad que presenta un diseño
curricular cuya finalidad
es el desarrollo
integral del niño, nos “obliga” a evaluar aspectos cognitivos, psicomotores, afectivos, comportamentales y sociales.
Es la Orden de 29 de
diciembre de 2008, la que establece la
ordenación de la evaluación en la Educación Infantil en la Comunidad Autónoma
de Andalucía. En ella se marca como técnica
fundamental para evaluar la observación sistemática, aunque aconseja, además,
otras herramientas de evaluación como la conversación o la entrevista.
Si tenemos en cuenta que
muchos de los resultados de aprendizaje de nuestros alumnos afectan a aspectos
de su comportamiento personal, que no son susceptibles de ser comprobados a
través de un hecho puntual, ni ante una única situación, ni en el contexto de su hogar, “justificamos” nuestra
evaluación. Los maestros de Infantil tenemos que evaluar partiendo de situaciones que no se dan en el ámbito
familiar: la interacción con los compañeros, con los materiales didácticos y con
los diferentes espacios del colegio.
El informe que damos
trimestralmente a las familias pretende señalar el grado en que se van
desarrollando en el niño sus diferentes capacidades, así como orientar y poner
las medidas de refuerzo que fueran necesarias. Aconsejamos que antes de mirar el boletín tengamos presente que la evaluación
en esta etapa tiene una evidente función formativa e informativa, SIN carácter
de promoción, ni de calificación del alumnado.
En tres años, por ejemplo,
tenemos 24 criterios de evaluación sumando las tres áreas que nos marca el currículum. Pretender que un
alumno obtenga la calificación de “conseguido” en los 24 indicadores, es un
grave error. Ni siquiera nosotros autoevaluándonos, como adultos, obtendríamos
esos resultados.
La gran dificultad que
tenemos los maestros de Infantil es la de tener que comunicar a padres, que
están expectantes ante los primeros resultados académicos de sus hijos, que no
superan todos los indicadores de evaluación. Si os sirve de consuelo, a los
maestros que también somos padres nos ha invadido esa misma sensación de
querer que nuestros hijos lo consigan todo. Adoramos a nuestros hijos. Ese es nuestro privilegio. A todos se nos
llena el corazón al hablar o pensar en ellos. Los niños son tan lindos, tan
encantadores, tan especiales, que cuesta evaluar con total objetividad. Pero
nuestra misión como docentes no es la de juzgar, sino la de comunicar la
situación real del alumnado. Nos avala la experiencia y el tener en cada aula
un poderoso elemento comparativo: otros veintitantos niños en el mismo rango de
edad. Tenemos grupos heterogéneos, en ello radica la riqueza de la escolarización.
Tenemos niños con diferentes capacidades y debilidades. Tenemos niños que son
diamantes en bruto y que debemos pulir conjuntamente para verlos en su máximo esplendor.
Por lo tanto, sólo si comunicamos aquellos aspectos en los que deben mejorar
podemos contribuir a su progreso.
Desde esa perspectiva es
como queremos que entendáis nuestra evaluación. Que el boletín sólo suponga un acicate para el
progreso integral de esos niños a los que tanto queremos.
Sabemos lo que hacemos. Sabemos lo que queremos. #Somospresentación
Sabemos lo que hacemos. Sabemos lo que queremos. #Somospresentación
Y ahora sí
¡Felices Fiestas!