Hijos que corren entusiasmados al grito de: "¡papá!" , al ver aparecer a su padre uniformado. Hijos que se impresionan tanto que son incapaces de articular palabra, aun siendo criaturillas de lo más locuaces y con un dominio excelente del lenguaje.
Alumnos tan admirados por la presencia en clase de toda una brigada, que atendieron perfectamente a sus explicaciones y observaron atentamente gorra, guantes, cinturón, defensa, cargador, navaja, placa,... Alumnos tan entusiasmados al recibir su propia placa de identificación policial que despidieron a nuestros seis policías amigos al grito de BRAVO.
Profes contagiados de tanto entusiasmo y muy agradecidos con esta brigada del Cuerpo Nacional de Policía al compartir con nosotros algunas de su experiencias en el trabajo. El solo hecho de que los niños escucharan cómo les daban un aviso estando con nosotros o que se pudieran comunicar entre ellos, cambiando el canal de transimisión, es la manera perfecta para cerrar la unidad de cómo nos comunicamos. Estoy convencida de que por años que pasen ni los niños ni yo misma olvidaremos esta mañana tan especial. Gracias Albertos, nos habéis emocionado.