jueves, 13 de noviembre de 2014

MARTINA Y SCOOBY

Cuando  un padre quiere conseguir que el cuarto cumpleaños de su hija sea especial, sólo tiene que guardar días de sus vacaciones para poder estar presente. Eso ha sido lo que ha hecho Andrés. Ha venido a clase con churros, velas y pastel, pero eso no ha sido todo. Venía con sorpresa incluida. Escondido en su pecho, protegido del frío, estaba Scooby: un precioso chiguaga que ha hecho las delicias de los niños. Martina lo adora. Nos habla de él con frecuencia. Para ella es un miembro más de su familia. Cuenta Andrés que lo primero que hace al despertarse es ir a ver a su perrito. Pero no sólo eso, comparten juegos y desarrolla en ella la capacidad de empatía. Martina habla por él, piensa por él y siente por él. Fue una gran idea la de Mari Luz de traer también al perrito a clase. Ha sido un  regalo para Martina, pero más aún para los peques.

 
                                    

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