Suelo decir a mis amigos que me encanta mi profesión e imagino que a veces pensarán que exagero, pero en realidad me quedo corta. Reconozco que cansa físicamente más de lo que pueda parecer y que hay días agotadores, pero cuantísimo me recompensa.
Mencionaré, sin ir más lejos, algunas de las actividades con las que más he disfrutado esta semana:
-Del desparpajo de Janet con la naturalidad, seguridad y simpatía con las que nos ha contado cómo recolecta limones con su abuelo: subiéndose a la escalera, estirando mucho el brazo, esforzándose para coger más que él, alcanzando hasta los más altos y llenando el cesto, como la clase se ha llenado de aplausos cuando ella ha terminado su exposición. Cuánto hubieran disfrutado Marga, Jose, María y su mami de escucharla con tanto arte y tanta gracia.
-De la celebración del santo de Gloria, que no ha podido estar más radiante, y de la visita a clase de sus abuelos que, con tanta cosa, he olvidado fotografiarlos. Sin embargo, estoy convencida de que ellos saben, después de cinco años de trato casi diario, lo muchísimo que los aprecio, y que estaré encantada de hacerme una foto con ellos y con nuestra encantadora Ricitos de Oro en cualquier otro momento.
-De nuestro Día de la Familia con Beatriz y Diego. Con su sencillez, con su cercanía y con su permanente sonrisa, que también estaba dibujada en las galletitas con las que nos han invitado. Pero para sonrisa, la de Diego. Cuánto entusiamo y cuánta alegría de tener a sus papis en clase. Hace poco me decía: "Seño, a mi mami le gusta, mucho, pero mucho, mucho, tu blog. Seño, de verdad que le encanta" y agitaba sus manos mientras lo decía. Aquel día sólo me limité a sonreirle, pero hoy quiero premiar su fidelidad a la lectura de todas y cada una de mis entradas diciendo que este blog tiene vida gracias a ellos y a tantos como ellos, que me leen y me dan, además, la oportunidad de publicar con su colaboración en clase, haciendo pasar un ratico de lo más agradable a todos mis niños y, en especial al suyo, que se ha sentido protagonista. Él mismo ha ido llamando a todos los equipos, como si del profe se tratara, para que disfrutaran de su juego de Los tres cerditos. Gracias familia.
-De la creatividad de mis niños, de sus avances, de su superación, de lo bien que se llevan entre ellos, de lo bien que se sienten y me hacen sentir por lo motivados que están. En esta ocasión muestro sus trabajos en plastilina, tan importantes para desarrollar su motricidad fina y su Inteligencia Visual-Espacial. Pero lo que realmente me conmueve es su estado de ánimo, sus ganas inmensas de mostrar y buscar mi aprobación, porque están aprendiendo a autoevaluarse, pero necesitan que los corrobore. Son exigentes y perfeccionistas y están enormente satisfechos con sus propios resultados, que es la mejor motivación para seguir mejorando.
-Del chorreo incesante de visitas de mis niñas grandes. En esta ocasión para celebrar conmigo su octavo cumpleaños. Imposible no estremecerse con tanto cariño con el que vienen a verme. Imposible no recordar tantos momentos compartidos con ellas. Imposible no mirarlas y comprobar, a través de ellas, que ser maestra es mucho más que transmitir conocimientos, que ser maestra es sembrar con la certeza de que, aunque no seas tú quien recoja la cosecha, porque necesita el riego, mimo y abono de otros, la semilla crecerá y hará que te siga encantando tu trabajo.
Ay seño!!que entradas mas bonitas!Me he emocionado,hasta con lagrimilla incluida!GRACIAS!!!!
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