La primera, fue el viernes y lo hizo toda ilusionada. Ella misma buscaba el micro, lo encendía y se embalaba narrando entusiasmada lo que tan bien había ensayado en casa con su mami. Lo hizo cuando ya muchos de sus compañeros se habían marchado al comedor porque entre la piscina y la despedida de la seño Ángela no dio tiempo a más.
La segunda, ha sido hoy a primera hora de la mañana. Le he pedido a sus papis que se quedaran en clase para ayudarme con las fotos, ahora que no tenemos práctica, y para que la escucharan.
La tercera, un poco más tarde, ha terminado con aplausos tras oír más detenidamente todos los datos que Mariana nos contaba de la comunión de su hermano: fecha, lugar, misa, restaurante, comida, chuches, patitos, caras pintadas y algodón de azúcar. Detalles, todos, de una fiesta preciosa, preparada con mucho esmero. Justo lo que Manuel se merece y que la "princesita" de su casa disfrutó con él paralelamente.
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