domingo, 8 de junio de 2014
SEÑO ÁNGELA
ÓCuando, en lugar de una práctica más, la vida te ofrece una chiquilla como Ángela, no queda otra opción que sentirte privilegiado y dar gracias. Ha sido mi alumna durante dos años, pero yo no la siento como tal. La considero mi amiga, mi compañera. Es tan dulce, tan empática, tan maestra, que tenerla al lado sólo aporta ventajas. Los niños la quieren, los padres también y yo más. Es imposible no hacerlo. Tanto es así, que no han permitido que se vaya sin su homenaje. La sorprendieron con un vídeo, flores y regalos. Han querido agradecerle su modo de actuar y de tratar a sus hijos. Debe de ser que Ángela ha sabido hacerles llegar su vocación de seño y el cariño que le ha aportado a cada uno de sus hijos. Ayer se graduó y seguro que allí donde el camino la lleve seguirá conquistando corazones, intuyendo necesidades y extrayendo lo mejor de cada uno de los niños que tengan la fortuna de caer en su clase, como ha hecho con los nuestros. Es por eso que la vamos a echar tantísimo de menos.
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